Dilma Rousseff y Joseph Blatter |
Estamos a seis meses del inicio del Mundial y continúan
los problemas respecto a la organización, peor aún, las dudas por saber si los
estadios llegarán a tiempo para la competencia aumentan. Joseph Blatter, presidente de la FIFA, criticó duramente
a la organización brasileña. Al suizo pocas veces se le notó tan incómodo como
ahora:
"Acaban de darse cuenta, comenzaron demasiado tarde.
Es el país con más retraso (en los preparativos del Mundial) desde que estoy en
la FIFA y era el único que tenía tanto tiempo para prepararse", dijo
Blatter.
No hay duda que entre FIFA y la organización ocurrieron
varias idas y vueltas. Empezaron con elogios, luego impaciencia hasta terminar
con una honda preocupación. Regresaron los elogios, pero ahora que el tiempo
está en contra, el enojo volvió y Blatter sacó a relucir la molestia de la FIFA
en general.
Brasil tuvo siete años para organizar la Copa del Mundo.
Pese a que hay optimismo en que se pueda disputar un gran torneo, la intolerancia
es cada vez mayor.
El gran problema son los retrasos en las obras de los
estadios, ya que seis no cumplieron con el plazo establecido para estar en
condiciones: El 31 de diciembre pasado. Sao Paulo, Curitiba, Porto Alegre,
Cuiaba, Natal y Manaos aún están en construcción y se vieron afectados por
huelgas e incluso muerte de trabajadores, como pasó en el Arena de Corinthians.
A eso hay que agregar las protestas sociales que
afectaron la Copa Confederaciones. "Sabemos que habrá manifestaciones,
pero el fútbol estará protegido, creo que los brasileños no atacarán al fútbol
directamente. Para ellos, es una religión", había dicho Blatter.
Las últimas críticas del mandamás de la FIFA encontraron
una respuesta en la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff: "La demanda de
entradas -la mayor en todas las Copas- demuestra que los hinchas del mundo
entero confían en Brasil" y cerró con un esperanzador: "Brasil
organizará la Copa de las Copas".
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